La extrema crueldad de la industria en las Granjas de Sangre

 


A partir de la segunda mitad del siglo XX, la ganadería comenzó a experimentar un proceso de industrialización que dio lugar a lo que se conoce como ganadería intensiva. Hoy día se sabe que este tipo de actividad es responsable de muchos problemas medioambientales como la deforestación de los bosques tropicales, la contaminación de los suelos y el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero. El ritmo de producción ganadera es tan frenético y gigantesco como la demanda de productos cárnicos. Esto ha llevado a la industria a utilizar los avances científicos a su favor para aumentar al máximo la productividad y sacar todo el rendimiento económico posible de cada animal explotado. Una de las técnicas más siniestras y desconocidas es la de las granjas de sangre, donde miles de yeguas preñadas permanecen inmovilizadas y son sistemáticamente explotadas para extraerles su sangre.



Granjas de sangre:
El funcionamiento de las granjas de sangre, no es diferente al de cualquier otra explotación ganadera intensiva, donde todos los animales sin excepción viven un infierno de privación de libertad, terror y maltrato físico. En una de las grabaciones efectuadas con cámara oculta, se ve a los operarios golpeando a las yeguas con palos para conseguir que entren en los cubículos donde se les va a extraer la sangre. El proceso de la extracción es muy doloroso para ellas, así que para conseguir que, día tras día, vuelvan a entrar en el recinto, se deben utilizar métodos agresivos. Incluso se recurre a perros adiestrados, que muerden la cola de los animales hasta que terminan entrando en el box. Una vez dentro, el pánico es intenso, y para poder extraerles la sangre, es frecuente que los trabajadores sigan agrediendo al animal.



Hormona PMSG:
En estas granjas de sangre el objetivo es obtener una hormona que se encuentra presente en las yeguas embarazadas entre el 40 y el 130 día de gestación. Esta hormona es la Gonadotropina Coriónica Equina o PMSG, y cuando se inyecta en otros animales, concretamente en las hembras de cerdo, puede inducir el celo muy rápidamente. Así pues, la industria porcina utiliza estas inyecciones de PMSG, para aumentar los periodos de fertilidad de las cerdas en las granjas. Esto significa que se pueden embarazar muchas más veces al año, con el consiguiente aumento de la producción de lechones, cerdos de engorde y nuevas hembras que puedan seguir el ciclo.




Beneficio económico:
Cada semana se le extraen de cinco a diez litros de sangre a cada yegua, y esto se repite durante unas diez semanas. Para conseguir la PMSG, las yeguas tienen que estar preñadas, lo que significa que los potros macho son un subproducto y se envían rápidamente al matadero. Ahora mismo el precio de los potros es muy bajo, mientras que la explotación de yeguas por su sangre se está volviendo cada vez más lucrativa. Nos encontramos, por lo tanto, ante un sector en pleno crecimiento.

Alrededor del mundo:
En la actualidad, según datos oficiales, en Islandia hay 119 granjas en funcionamiento autorizadas para la extracción de sangre de yeguas embarazadas. En el año 2021 se sacó sangre a 5.383 yeguas. Las autoridades veterinarias del país aseguran que se efectúan exhaustivos controles de estas instalaciones para controlar su funcionamiento y garantizar que se cumple la normativa de bienestar animal. Sostienen también que desde 2014 solamente se ha tenido que suspender la actividad en cinco de las granjas que se supervisaron.


Otros países donde también son comunes las granjas de sangre de yegua son
Argentina y Uruguay. La explotación de los animales aquí es aún más brutal, ya que se extraen hasta 10 litros de sangre al día a las hembras preñadas en el momento de mayor producción de PMSG. 

¿Y quién compra este producto? Esta sangre se vende a dos empresas que posteriormente la exportan a la Unión Europea en forma de plasma congelado, donde se distribuye a las granjas porcinas.

La propia recolección de sangre es un proceso doloroso y traumático para las hembras gestantes. Tienen que ser inmovilizadas con ganchos de hierro en los boxes de restricción y la cánula que se les inserta es grande y ocasiona mucho dolor. 
A todas ellas se les toma una enorme cantidad de sangre, sea cual sea su estado de salud. Muchas de ellas sufren gravísimas anemias, desnutrición severa y dolorosas heridas y lesiones que nunca son tratadas. 

Animal Welfare Foundation también investigó las granjas para la producción de hormonas en estos países y las imágenes que obtuvieron allí fueron aún más atroces que las de Islandia. 

Uno de los procedimientos habituales es extraer el feto a las yeguas de forma manual cuando su sangre ya no contiene la PMSG. Estos abortos sistemáticos acaban con la vida de muchas de ellas siendo todavía potras jóvenes.

Extractos de la nota de 


Granjas de Sangre en Argentina (Sintex SA)


Granjas de Sangre en Argentina y Uruguay

Granjas de Sangre 


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